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你为什么喜欢足球这项运动?

2018-03-15体育

我来自阿根廷圣达菲省的拉斯帕雷哈斯,在我出生的那个小镇,每个人都知道踢球意义重大,会带来很多好处,甚至改变命运。

每天,街区里的男孩无论大小,饭后都会在我家附近的一块空地上踢比赛,时间长了人们就管那块空地叫「教堂球场」。

这种比赛每次都是由两个年纪大点的男孩率先上场挑选队员组队,那时我刚11岁,比大多数人都要小,但总会被率先选中。即使后来第一次入选国家队踢世界杯,我都没有像在教堂球场被选中时那样兴奋。

在那些业余比赛中,足球帮助我调整了和其他小伙伴交流的方式,教会我什么是战胜自我、团结、竞争、角色分配、团队合作、忍让、努力……在这项游戏中学习到的能力,令我受益匪浅,让我相信体育可以育人。

半个多世纪过去了,我对足球的热情依然不减。

如今,只要我在电视上看一场大型比赛,频繁切换的镜头会将我的目光从球员带到裁判,从教练带到体育总监,从球迷到记者……我常扪心自问:足球到底属于谁呢?足球不属于任何一个人,所有人都要对这项奇妙的运动有一点主人翁意识,足球亦需要所有人都对它有一点掌控。否则的话,权力过度集中必然产生腐败,即便是足球这个行业,也没有人能超越这个规律。

我们永远不能忘记,这所有的一切,包括由职业足球衍生而来的商业活动,都源自我们的初心,那令人感伤的善良。

我们要相信这个「野蛮而感性」的游戏(西班牙作家哈维尔·玛利亚这么定义足球),坚持把足球放在所有与它相关的利益之前,保持它激发亿万人梦想的能力,让所有人因足球重新找回赤子之心。

不要忘记,在足球这个无止境的游戏中,职业足球只是其无可比拟的魅力的一部分,而邻里之间童年游戏的回忆将会永远传承下去。在那里,踢得最好的人会成为最有权力的人,他们会率先上场挑选球员;而握有权力的人,只会单纯地关注一个球员的球技好不好,哪怕他只是一个11岁的小男孩。

Nací en un pequeño pueblo donde saber jugar al fútbol significaba mucho, para bien. Todos los días los chicos del barrio, después de comer y sin importar la edad, improvisábamos un partido en un descampado cercano a mi casa que el tiempo bautizó como «El campito de la iglesia». Aquel rito, sin excepciones, empezaba con los dos mayores jugándose a pies quién elegía primero para conformar cada equipo. Yo no tenía más de once años, pero, generalmente, me elegían a mí antes que a algunos amigos que tenían los «inalcanzables» catorce. Ni cuando fui citado para jugar mi primer Mundial me volví a sentir tan importante como entonces. En aquellos partidos improvisados, el fútbol me ayudó a ajustar el sistema de comunicación infantil y me enseñó nociones de superación personal, solidaridad, competitividad, reparto de papeles, trabajo en equipo, tolerancia, cultura del esfuerzo... De esa capacidad de aprender mientras juegas, nació mi confianza en el deporte como vehículo de formación.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces pero mi pasión por el fútbol sigue intacta. Hoy siempre que miro un gran partido por televisión y el ojo inquieto de la cámara me lleva de los jugadores a los árbitros, de los entrenadores a los directivos, de los aficionados a los periodistas, me pregunto: ¿a quién le pertenece el fútbol? Confío en que a nadie en particular, porque cuando el poder se concentra, tiene el vicio de corromperse. Todos necesitamos sentirnos un poco dueños de este juego maravilloso, y el juego necesita que todos nos adueñemos un poco de él. Porque no hay que olvidar que, en el comienzo de todo, incluso del negocio, está su calidad de bien sentimental.

Solo queda confiar en que el juego «salvaje y sentimental» (una gran definición de Javier Marías) siga anteponiéndose a todos los intereses que lo cruzan, y mantenga viva su capacidad de inspirar los sueños de cientos de millones de personas, convertidas en niños por obra y gracia del juego. Sin olvidar que el fútbol profesional es solo parte de su incomparable hechizo. En este juego infinito siempre se abrirá paso el recuerdo infantil de aquellos partidos de barrio, donde la sensación de poder seguirá siendo una ingenuidad que tendrá que ver nada más y nada menos que con el mérito: el que mejor juega es el que más poder tiene.